EL MATRIMONIO INDIGENA O TAN TAN TANBORO


EL MATRIMONIO INDÍGENA O EL TAN TAN DEL TAMBOR

Es tradicional en los matrimonios indígenas, acompañar el baile la noche de boda con dos instrumentos: El tambor de cuero de mono y el silbato fabricado de hueso de ave de rapiña. Cuando falta el silbato, el tambor es suficiente para mantenerlos bailando durante muchas horas.

Generalmente una boda indígena del mejor rango dura una semana, hasta que la chicha fermentada caliente, preparada en grandes cantidades se les agota, y durante todo este tiempo, el pequeño tambor de cuero de mono, lanza al aire incesantemente su rítmico tan.

La costumbre tradicional obliga al novio buscar a la novia en la casa de sus padres, primero lo hace mediante padrinos y luego personalmente acompañado de su familia. Es entonces que tanto los padrinos como el novio y sus padres, se arrodillan ante el padre de la novia ponderando las cualidades personales del novio y sus bienes de fortuna; ofreciendo gallinas y aguardiente como regalo y prometiendo ser siempre considerados con ellos e invitarlos a su casa de vez en cuando.

El futuro suegro aparenta en primera instancia mucho enojo y le niega su hija al que la solicita, argumentando como disculpa que lo hace para evitar que la hija sufra, por todos los defectos que comúnmente tienen los de su raza. Pero finalmente y ante la insistencia y los regalos, normalmente accede a la petición y toma el aguardiente que le ofrecen en señal de aceptación.

Al llegar el gran día de la boda, la novia es llevada por las mujeres a otra casa, donde se la viste y se la pinta a la usanza tradicional, de una forma muy especial. Mientras que el novio en su propia casa, es atendido por sus padrinos de igual forma; pues hasta ese momento ya han sido escogidos dos padrinos de boda, y otros dos que serán los padrinos del primer niño que nazca.

Cuando un emisario avisa que la novia está
 lista, los padrinos del novio lo llevan a la casa de la novia para que la recoja y la lleve a su propia casa, en el trayecto de regreso se toca el tambor y el silbato y la gente baila.

Al llegar por fin a la casa donde se dará la fiesta de boda, un anfitrión señala su sitio a cada invitado y en un lugar preferente ubica a los novios con sus respectivos padres. Hay una persona designada que habla a los invitados y hace de maestro de ceremonias; Dentro del ritual se expresan las palabras de saludo y bienvenida, los bailes, las ofrendas y también risas, según la jocosidad y habilidad de quien funge como maestro de ceremonias. Primero bailan sólo los novios, que más tarde son acompañados de sus padrinos, quienes los sujetan por la espalda acoplándose de esta manera al baile.

Finalizando el baile ceremonial, los novios sirven a sus parientes más cercanos en recipientes de mate llamados pilches, la chicha de yuca masticada que se ha dejado fermentar para la ocasión, y a continuación se invita a tomar a todos los invitados. Luego los presentes ofrecen los regalos a los novios.

Enseguida viene la comida, comida especial al estilo quichua, donde la carne de mono y de sajino son platos tradicionales; durante todo este tiempo el tan del tambor de cuero de mono no cesa de escucharse.

La duración de la fiesta depende tanto de lo que dure la carne, como la chicha y el aguardiente y durante ese tiempo a la novia, el novio y sus respectivos padres al igual que los padrinos se le sirven algunos platos especiales. Tanto el padrino como la madrina de boda no se separan ni un solo instante de los novios, donde ellos vayan los padrinos los acompañan. Al llegar la noche estos mismos padrinos se encargan de tender la cama donde se acostarán los novios. Mientras la fiesta continua los novios se acuestan bajo la atenta mirada de sus padrinos, quienes colocan un pequeño muñeco de trapo en medio de los dos, el mismo que es retirado al amanecer del día siguiente, para ser entregado a los escogidos como padrinos del bautizo del primer niño que tengan.

La ceremonia que acabamos de describir es en todos sus aspectos muy hermosa y llena de significados especiales, que sirven para reafirmar la herencia cultural de los pueblos indígenas.

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